5 de febrero de 2011
El día comenzó en una pequeña oficina improvisada en el centro comunal de la Urbanización Monserrate en Camuy. Una mesa, varias sillas, dos teléfonos con conexión al internet y una computadora eran nuestras herramientas de trabajo para actualizar el blog con los sucesos de los últimos días. Luego de varios días de intensa caminata, la fatiga y el cansancio nos dificulta el poder sentarnos a editar, pensar y recapitular lo acontecido durante el día. Aunque tarde pero seguro, aquí va nuestro relato.
A eso de las 9:30 am partimos de la Urbanización Monserrate en Camuy hacia el Municipio de Quebradillas. Realizamos nuestra primera entrevista a don Miguel, dueño de la gasolinera Total ubicada en la carretera 486. Según él, hace varios años tuvo que dejar de vender gasolina por razones económicas y actualmente solo se encuentra vendiendo accesorios de carros, cigarrillos y algunos comestibles. Con una profunda mirada nos narró como su negocio y residencia podría ser desplazados para dar paso a la propuesta construcción del expreso PR-22. Al igual que muchos de los residentes de las distintas comunidades que hemos visitado, sus palabras reflejaban un sentir de desasosiego e incertidumbre ya que no queda claro por dónde exactamente pasará la autopista. Según algunos residentes, el gobierno no ha hecho un acercamiento formal para aclarar sus interrogantes, mas allá de las vistas públicas .
Una vez culminada la entrevista continuamos nuestra travesía a lo largo de grandes extensiones de fincas ganaderas en el sector Camuy Arriba. Luego de tres días cruzando territorio ganadero ya somos expertos en la técnica de cruce pelos de alambres de púas,filosos y mohosos. Durante los últimos cuatro días, el paisaje ha estado dominado por inmensos valles rodeado por cerros calizos. Todos o casi todos dedicados al pastoreo de ganado. Algunas vaquerías presentaban rasgos de deterioro y lucían un tanto abandonadas mientras que en otras no cabían una cabeza de ganado más. Por cierto, aunque las vacas puedan parecer muy comunes para mucho de los residentes de estas comunidades rurales, para nosotros han pasado a ser objeto de admiración. Su mirada y atracción inmediata hacia nosotros nos resultaba un tanto extraña. En una ocasión comenzó a lloviznar e inmediatamente nos cubrimos con ponchos de colores gris, amarillo y rojo. En ese momento algunas decenas de vacas fijaron su mirada en nosotros con cara de asombro. Segundos después comenzaron a seguirnos.Ay ay ay bendito, en ese momento aceleramos el paso y Joel las alejó con su bastón de guayaba dándonos tiempo para cruzar hasta el otro lado del cercado. Una vez al otro lado de la cerca arribamos a un ranchón algo abandonado, fotografiamos, logrando algunas tomas del ganado y un empleado que al son del pito y las botas de goma las agrupaba para llevarlas al área de ordeño.
Ya en el camino principal de la finca dimos con una pequeña charca llena de aves con la viuda y patos. Según Joel, estas pequeñas charcas funcionan como alberge a las aves migratorias que buscan escapar del invierno. Luego de tomar fotografías y vídeo seguimos hasta el barrio Camuy Arriba. En este barrio entrevistamos a Ana y Aníbal quienes conocían del proyecto de la PR-22 y han participado activamente del proceso de vistas públicas. Según nos relataron, hasta el momento solo han visto personas realizando estudios de suelo y marcando puntos en el terreno pero nada relacionado a procesos de notificación de expropiaciones.
En el último tramo del día nos internamos nuevamente por varias vaquerías. Durante la caminata escuchamos un disparo de cacería, todos salimos corriendo del susto. Comenzamos a gritar para avisar que estábamos en el área y proseguimos subiendo la loma con vista al valle recorrido. Seguido cruzamos varias cuerdas de ganado cubiertas de berenjena de monte, una planta espinosa que va desplazando la grama cubriendo rápidamente el terreno. En lo alto del cerro se divisaba una carretera que nos condujo hasta el barrio Camuy Alto, sector Sabana donde entrevistamos a Richard residente del area. Para él, el tema de la expropiación lo afectaba personalmente. Este había construido su casa con su padre, quien había fallecido recientemente. La casa, un tanto distintiva por tener el estilo estadounidense a dos aguas y con balcón de madera, nos remontó al sur de los Estado Unidos. Este ciudadano acababa de ser cesanteado por la Ley 7, su búsqueda de empleo resultó solamente en un trabajo a tiempo parcial. Él entendía que la economía estaba mala y que si le fueran a expropiar regresaría a los Estados Unidos en busca de un nuevo hogar y trabajo.
Ya finalizado el trabajo de campo proseguimos a encontrarnos con Miguel, residente del área quien muy amablemente nos ofreció alojamiento por esa noche en un gigante vivero en Camuy. Luego de un intenso día lleno de alegría con la compañía de buenos amigos, mañana realizaríamos el cruce al municipio de Quebradillas.
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